Primeros edificios certificados CES consumen menos de 40 kWh/m2 por año

Publicado en certificacionsustentable.cl

Si bien no hay datos para edificios de uso público, se podría considerar como referencia que solo la demanda promedio de energía por vivienda en Chile es de 316 kWh/m2 por año para lograr un nivel de confort interior.

Sabido es que el ambiente construido -las ciudades y los edificios- es un consumidor importante de la energía que se produce en el país: aproximadamente un 26% del total es responsable de 34% de la generación de residuos sólidos y de un 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo a la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable.

En tanto, en la Unión Europea, el ambiente construido es responsable del 40% del consumo de energía, usa el 40% de los materiales y productos, es generador del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero y produce aproximadamente un 40% de los desechos generados por el hombre, de acuerdo con Norman Goijberg, vicepresidente del Comité Directivo de Certificación Edificio Sustentable (CES).

El arquitecto, además, señala que la demanda promedio de energía por vivienda en Chile -para llegar a un nivel de confort interior- es de 280 kWh/m2 por año.

En ese sentido, hay algunos ejemplos de ahorro en Chile que están marcando la pauta en términos de comprobar que es posible reducir el consumo energético y disminuir también la inversión. Claro es el caso de las casas Frankfurt de Temuco, que tienen una demanda promedio de 27 kWh/m2 por año y casi no necesitan calefacción, según cuenta Goijberg.

Los primeros edificios certificados con CES también han arrojado datos importantes en materia de ahorro. Es así como la sede de Osorno de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), certificado CES en 2014, presenta una muy buena calidad de ambiente interior, con temperaturas dentro del rango de confort durante todo el año. Asimismo, el edificio puede funcionar con iluminación natural de septiembre a marzo y no presenta molestias en los usuarios por el ruido exterior. En tanto, “el consumo de calefacción ha llegado al orden de $63.000 anuales y un consumo aproximado de entre 30 a 34 KWh/m2 año”, explica Hernán Madrid, jefe de CES.

Por otra parte, en la Escuela Manuel Anabalón de Panguipulli, que se convirtió en el primer establecimiento educacional en ser certificado CES, en 2015. En el edificio los estudiantes manifiestan que se presentan temperaturas interiores adecuadas, incluso “los niños indican que las salas son ‘levemente calurosas’”, comenta Madrid. También puede funcionar con iluminación natural entre septiembre y marzo, sin molestias por ruido exterior. Para calefacción de las áreas acondicionadas (no se calefaccionan todos los espacios), el recinto educativo tiene un gasto de unos $4.5000.000 al año, lo que equivale a un consumo aproximado de entre 33 a 37 kWh/m2 año.

Ejemplo en Viña del Mar

Actualmente, el edificio Centro DIA de la Caja de Compensación Los Andes se encuentra en proceso de certificación CES, postulando al nivel destacado.

Dentro del trabajo realizado en el contexto de la postulación a la certificación CES, Rolf Thiele de la consultora EE Chile, realizó un análisis detallado de las diferentes opciones de materiales de la envolvente del edificio (aislación térmica y control solar, entre otras), determinando los requerimientos de energía para el sistema de climatización del edificio. A esto se le suma una evaluación de los consumos de energía que tendrían las diferentes opciones de sistemas y equipos para climatización. De esta manera, es posible estimar el gasto en dinero que tendrá el edificio anualmente por concepto de climatización.

Es claro asociar que al incluir una envolvente con mayor eficiencia, tendrá un menor requerimiento de energía (cargas térmicas) y podrá operar con equipos de menor tamaño a un costo anual menor, pero que requerirá una inversión adicional inicial mayor en mejorar las condiciones de la envolvente del edificio.

Para determinar el nivel óptimo de inversión (considerando la envolvente del edificio y sistema de climatización) se realiza un análisis de diferentes alternativas de inversión en envolvente, requerimientos de energía para cada una de ellas y alternativas de equipos de climatización, determinando los costos de inversión inicial y los costos de operación anual.

Luego, considerando un plazo de análisis (en este caso, 20 años) se calcula el Valor Actual Neto (VAN) de cada alternativa, de modo de poder realizar una comparación de la inversión y ahorros durante el periodo considerado. De esta forma es posible escoger la alternativa que sea más rentable u otro criterio que le interese al mandante (por ejemplo menor costo de operación).

En particular, en este edificio finalmente se optó por una envolvente de alta eficiencia, con sistema de climatización con muros radiantes y una bomba de calor agua-agua con intercambio geotérmico en la losa de fundación del edificio. Se estimó que este sistema tenga un retorno superior al doble comparado con un edificio base.

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