El largo camino para implementar políticas de Eficiencia Energética en Chile

La crisis de abastecimiento de gas argentino a Chile, que comenzó en 2002 y se extendió por varios años, puso las alarmas sobre la dependencia energética del país. El sostenido aumento de la demanda de energía en Chile durante las últimas décadas planteó la necesidad de expandir la matriz energética y buscar soluciones de largo aliento. Fue así como el año 2005 se establece el Programa País de Eficiencia Energética (PPEE) de la Comisión Nacional de Energía (CNE), dependiente del Ministerio de Economía de Chile.

Luego, en 2010 se crea el Ministerio de Energía y la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, organismo público privado dependiente de dicho ministerio. Uno de sus principales objetivo fue establecer los pilares sobre los cuales asentar una estrategia país para el uso eficiente de la energía.

Durante el año 2014 el gobierno lanza la Agenda de Energía, incorpora como uno de sus ejes la eficiencia energética, estableciendo una meta de ahorro de 20% de reducción de la demanda energética proyectada al año 2025, en sintonía con los acuerdos mundiales para combatir el calentamiento global. Recientemente a través de la promulgación y publicación en el Diario Oficial del Acuerdo de París, en materia de emisiones de gases de efecto invernadero y cambio climático, el Estado de Chile se compromete a reducir su intensidad de emisiones en un 30% respecto a los niveles observados en 2007 al 2030.

Si bien todo estos hitos suponen un avance significativo en materia de EE, aún falta mucho camino por recorrer. Desde hace años que el Ministerio de Energía está trabajando un proyecto de ley de eficiencia energética que aún no ha sido enviado al Congreso. A nivel internacional, más de 30 países ya cuentan con leyes de eficiencia energética y en Latinoamérica: Brasil, Colombia, Uruguay y Perú cuentan con un marco regulatorio que impulsa y promueve la EE.

Mientras esto ocurre, el gobierno continúa con una política de incentivos a proyectos que promuevan el uso de la eficiencia energética en distintos sectores. Esta semana el Programa de Bienes Públicos Estratégicos para la Competitividad en Eficiencia Energética, desarrollado en conjunto entre el Ministerio de Energía y la Gerencia de Innovación de Corfo, adjudicó 10 proyectos distribuidos a nivel nacional por un monto que supera los $ 900 millones. El propósito es apoyar iniciativas de EE dirigidas al sector residencial, transporte, minería e industria energética.

Entre los proyectos adjudicados destacan iniciativas dirigidas a caracterizar el consumo energético y de ahorro en edificaciones públicas y corporativas, mejorar  la competitividad en empresas de eficiencia energética en el sector residencial de la región de Los Ríos, crear un sistema de certificación y validación de la competitividad del transporte de carga por Carretera, entre otros.

En Chile y el mundo existe un amplio consenso sobre la importancia que tienen los proyectos que mejoran la eficiencia energética en las más diversas áreas. El sector público ha venido realizando esfuerzos importantes para financiar y dar un impulso a estos proyectos, pero desde el sector privado aún falta mayor compromiso e inversión para fortalecer este tipo de iniciativas que, a la larga, son un beneficio para todos.

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