Un estudio elaborado por la Universidad de Talca prevé que las olas de calor se intensificarán este verano y que temperaturas máximas oscilarían entre los 39° a 40°C en la zona central de Chile. Además el estudio afirma que, en términos climáticos, el verano culmina el 31 de marzo y que podría traducirse en la estación más cálida en cuanto a temperaturas máximas y olas de calor de los últimos 119 años. Según el mismo estudio, hacia el año 2023 la temperatura de la tierra aumentará 1,5°.

Todas las acciones para disminuir las emisiones de CO2 a nivel mundial ayudarán a mitigar a largo plazo los efectos del calentamiento global. Es un hecho evidente que deberemos prepararnos a que tendremos veranos más calurosos, y para combatirlo son varias las medidas que pueden permitir que nuestras casas sean lugares más gratos y confortables térmicamente en verano.

En orden del impacto* que generan en la mitigación del sobrecalentamiento, listamos los principales factores:

• Superficie de ventanas (sin desconocer emplazamiento, vistas ni sacrificar luz natural).
• Sombreamiento exterior de ventanas y/o coeficiente de sombra de los cristales.
• Color claro del techo.
• Enfriamiento pasivo nocturno.
• Color claro de muros.
• Ubicación óptima del refrigerador para su óptima ventilación convectiva.
• Bajas cargas térmicas internas (iluminación eficiente, etc.).
• Cañerías de agua caliente sanitaria correcta y totalmente aisladas.
• Masa térmica expuesta (sin cielos falsos ni alfombras).
• Aislación exterior.
• Liberación de puentes térmicos.
• Hermeticidad.

Se destaca que los 3 factores más importantes para llevar a una mínima o casi nula demanda de calefacción (estándar Passivhaus) son los factores menos incidentes en cuanto al impacto en mitigar el sobrecalentamiento de verano: aislación exterior, liberación de puentes térmicos y hermeticidad.

*En una siguiente publicación se presentarán resultados de manera cuantitativa para casos concretos simulados.

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Fotografías por Arto Marttinen y Scott Webb de Unsplash